(Redacción National Geographic) Un nuevo informe, titulado Estado del clima en el Pacífico sudoccidental 2023, de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte que el aumento del nivel del mar en las islas del Pacífico sudoccidental supera a la media mundial. Y demuestra que el calentamiento y la acidificación de los océanos ponen a las poblaciones costeras en una situación de vulnerabilidad que amenaza incluso su propia existencia.
El informe, publicado por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, y la Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo, en el “Foro de las Islas del Pacífico” celebrado en Tonga en agosto de 2024, advierte, además, que “las olas de calor marinas han duplicado su frecuencia desde 1980 y son más intensas y duraderas” en esa parte del mundo.
De acuerdo con un comunicado de prensa de la OMM, el nivel del mar aumentó entre 10 y 15 centímetros en gran parte del Pacífico tropical occidental, cerca o casi el doble de la tasa mundial medida desde 1993. Mientras que en el Pacífico tropical central, el nivel del mar creció aproximadamente entre 5 y 10 centímetros.
En comparación, a nivel global el aumento medio del nivel del mar fue de unos 3.4 mm por año durante ese período (1993-2023). Entre los efectos directos del aumento del nivel del mar se encuentran las inundaciones costeras, el retroceso de la línea de costa, la contaminación de agua dulce por agua salada y los desplazamientos de comunidades, de acuerdo con la explicación de la Secretaria General de la OMM.
Pero el aumento del nivel del agua oceánica tiene efectos más allá del Pacífico. Aproximadamente mil millones de personas viven en zonas costeras en todo el mundo y se enfrentan a la amenaza del calentamiento de los océanos.
En cuanto al calentamiento del océano, teniendo en cuenta el período 1981-2023, casi toda la región del Pacífico sudoccidental registro un calentamiento de la superficie marina, que alcanzó tasas de más de 0.4 °C por década al noreste de Nueva Zelanda y al sur de Australia.
“Esta tasa es aproximadamente tres veces más rápida que la tasa de calentamiento de la superficie del océano global (la temperatura media global de la superficie del mar ha aumentado en las últimas décadas a un ritmo de aproximadamente 0.15 °C por década)”, advierte la OMM en una nota de prensa.
Sumado a eso, las olas de calor marinas son cada vez más intensas y duraderas, asegura la entidad internacional. A modo de comparación: entre 1980 y 2000, la duración media de estos fenómenos en gran parte de la región del Pacífico oscilaba entre 5 y 16 días. Pero en la actualidad las olas de calor marinas duran entre 8 y 20 días, e incluso más.
Pero eso no es todo, la acidificación de los océanos también ha crecido a nivel mundial durante las últimas cuatro décadas. En consecuencia, la cadena alimentaria marina se ve afectada.
El secretario de las Naciones Unidas apuntó directamente a los gases de efecto invernadero generados principalmente por la quema de combustibles fósiles.
“El océano ha absorbido más del 90 % del exceso de calor atrapado por los gases de efecto invernadero y está sufriendo cambios que serán irreversibles durante siglos. Las actividades humanas han debilitado la capacidad del mar para sustentarnos y protegernos y, a través del aumento del nivel del mar, están transformando a un amigo de toda la vida en una amenaza creciente”, afirma Celeste Saulo.
“Además del cambio climático, el calentamiento de la capa superior del océano en la región se ve fuertemente afectado por la variabilidad natural, como por ejemplo El Niño/La Niña, donde grandes cantidades de calor se redistribuyen desde la superficie a capas más profundas del agua”, agrega el informe.
Los efectos que percibe el océano Pacífico impactan directamente sobre los ecosistemas, las economías y los medios de vida, reconoce la OMM en su sitio web.
A pesar de que las islas del Pacífico solo representan el 0.02% de las emisiones globales, sus habitantes se encuentran en una situación vulnerable. Cabe destacar que la altitud media de estos lugares es de solo uno o dos metros sobre el nivel del mar, el 90% de la población vive a menos de cinco kilómetros de la costa y la mitad de la infraestructura está a menos de 500 metros del mar.