La mayor parte de los científicos coinciden en que, a medida que nuestro planeta se calienta es probable que la AMOC se debilite y por lo tanto llegue un momento en el que colapse. El deshielo de los polos está introduciendo más agua dulce en los océanos, que además se están calentando. Esto impide que las aguas del Atlántico Norte se enfríen y se hundan adecuadamente, debilitando y poniendo en riesgo todo el sistema de corrientes.

La gran incógnita es cuándo sucederá este colapso. Un estudio realizado por la Universidad de Copenhague y del Instituto Niels Bohr de Noruega publicado en julio de 2023, asegura que el colapso de la AMOC sucederá con un 95% de probabilidad entre 2025 y 2095. Más recientemente, el jefe de análisis del sistema terrestre en el Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam (Alemania), difundió que entre el 35% y el 45% de los modelos de alta calidad que científicos y meteorólogos utilizan para pronosticar el comportamiento del clima dicen que la AMOC podría colapsar en la década de 2030.

Los investigadores advierten que el colapso de la AMOC podría desencadenar un descenso de las temperaturas en Europa de 3°C por década. Esto es alarmante considerando que el aumento de 1.6°C respecto a niveles preindustriales ya está causando problemas significativos. Una caída de 3°C podría llevar a inviernos similares a los del siglo XIX en la primera década, y potencialmente peores en las siguientes, hasta llegar a condiciones glaciales en 30 años, haciendo Europa casi inhabitable.

Además de la AMOC, otra corriente crucial es la que rodea la Antártida, generadora de grandes cantidades de agua fría. El deshielo en la parte occidental del continente helado podría alterar significativamente esta corriente, con efectos globales. Incluso se están empezando a detectar señales de calentamiento global en otras partes de la Antártida, lo que podría tener implicaciones importantes en el equilibrio de las corrientes oceánicas mundiales.

De acuerdo a Stefan Rahmstorf, para la AMOC y otros puntos de inflexión climática, la única acción que podemos tomar para minimizar el riesgo es reducir emisiones y detener la deforestación lo más rápido posible. Cuanto antes suceda, menor será el riesgo de superar puntos de inflexión devastadores y se minimizarán muchos impactos del calentamiento como las olas de calor, inundaciones, sequías, malas cosechas, incendios forestales, aumento del nivel del mar), que ya están ocurriendo.

Fuente: @rahmstorf / UNSW Science / Nature Comunications