La Tierra está experimentando transformaciones significativas a medida que el calentamiento global se intensifica. Los océanos, vitales para nuestro planeta, están cambiando, manifestándose en tonalidades más verdes debido al florecimiento de organismos microscópicos. Por otro lado, la atmósfera también se ve afectada, con fenómenos como tormentas de polvo y humo de incendios forestales que impactan la calidad del aire en diferentes continentes.

En respuesta a estos desafíos, la NASA lanzará en febrero de 2024 el satélite PACE (Plancton, Aerosoles, Nubes y Ecosistemas Oceánicos), diseñado para desentrañar los complejos sistemas que impulsan estos cambios globales. Según Jeremy Werdell, científico del proyecto, esta misión permitirá comprender mejor las interacciones entre el océano y la atmósfera, abriendo nuevos horizontes en el estudio del cambio climático.

Uno de los principales focos de atención será el cambio de color en los océanos, indicativo de transformaciones en la vida marina, especialmente en el fitoplancton. Este componente esencial de la red trófica oceánica está respondiendo a los cambios ambientales, y gracias al satélite PACE, los científicos podrán estudiar su abundancia y diversidad a escala global con un detalle sin precedentes.

El satélite, equipado con el Instrumento Color del Océano (OCI), permitirá no solo detectar proliferaciones de fitoplancton, sino también identificar las especies presentes. Esto es crucial, ya que diferentes tipos de fitoplancton desempeñan roles diversos en los ecosistemas marinos, desde nutrir la cadena alimentaria hasta influir en el ciclo del carbono. Además, la capacidad de identificar algas nocivas proporcionará información sobre la calidad del agua y los impactos del cambio climático en los ecosistemas oceánicos.

Además, el satélite PACE seguirá la compleja interacción entre la atmósfera y el océano, rastreando tanto organismos marinos como partículas atmosféricas llamadas aerosoles. Estos aerosoles pueden actuar como nutrientes para el fitoplancton cuando se depositan en el océano, lo que tiene implicaciones importantes para comprender cómo el cambio climático altera los ecosistemas marinos. Con una visión global cada dos días, el satélite PACE proporcionará una comprensión más completa de estos procesos y sus consecuencias en un mundo en constante cambio.

Fuente:  NASA – www.nasa.gov